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domingo, 27 de septiembre de 2009

Explotación laboral y sexual, dura realidad para los niños campesinos

Nacional / Domingo 30 de Abril, 2006

Los niños José y María prefirieron no dar su apellido. Ambos son discriminados por ser campesinos, hablar diferente y tener un color de piel tostado a causa de las arduas horas de trabajo bajo el sol. Él: delgado, baja estatura, con la mirada triste y el cuerpo semidesnudo. Ella: morena, regordeta, cabello teñido de rubio y vestida para la esquina.

El campesino resume su condición: “Vengo de Veracruz, no estudio porque mi familia es pobre, tengo que trabajar de sol a sol para ganarme unos centavos y ayudarle a mis papás. A veces no comemos más que tortillas y si bien nos va un pan... y estoy aquí para protestar... tenemos derechos, no me da pena”.

Así expresó a Crónica José, quien con lagrimas constantes, los pantalones, la playera y el sombrero en los pies, miraba el pasar de los carros sobre Paseo de la Reforma, aguantaba la burla de los automovilistas y el chiflido de las mujeres que caminaban bien vestidas.

María (sexoservidora) también explicó su situación, la cual, dijo, es “humillante y denigrante”. Comenzó por decir que vino del campo, y continuó: “Esto no es un trabajo, es una humillación para cualquier mujer, el vender tu cuerpo por unos pesos —no se vale—, la igualdad parece inexistente para las mujeres y más si somos ex campesinas que nos trajeron bajo engaños”.

Estacionada en el barrio de La Merced y con un pie recargado en el poste de la calle aledaña al metro Pino Suárez de la ciudad de México, agregó que desde pequeña fue acogida por un hombre que se encontró en la central de autobuses y que la “ayudó” a conseguir trabajo.

LAS REALIDADES. La Confederación Nacional Campesina (CNC) señaló que el caso de José se suma al de tres millones de niños y adolescentes que laboran en campos agrícolas bajo condiciones mínimas de protección laboral y que los obliga a dejar la escuela para aportar al ingreso familiar.

En un documento cenecista se precisa que debido a la condición social y económica, más de un millón de niñas y niños menores de 14 años soportan jornadas de hasta diez horas diarias por un sueldo apenas superior a los 20 pesos sin hacerles válidas las horas extra.

Dichas cifras revelan que en los estados de atracción para la población migrante —norte y noroeste del país—, del total de jornaleros agrícolas, el 27 por ciento está compuesto por niños de entre 6 y 14 años. De ellos, el 53 por ciento son varones y el 47 por ciento son mujeres.

Prostitución de menores. La asociación “Brigada Callejera de Apoyo a la Mujer” informó que “tan sólo en el barrio de La Merced, en el Distrito Federal, hay más de mil 200 menores de edad que son víctimas de la prostitución”.

Indicó que los principales lugares de reclutamiento son la Central de Abasto, mercados, los jardines de Bellas Artes, centrales camioneras, bailes de colonias populares y sus propias comunidades de origen.

Icela Madrid Romero, directora de dicha organización, destacó que miles de niñas y adolescentes son explotadas sexualmente en el Distrito Federal por “padrotes” o “madrotas” que se aprovechan de las necesidades económicas de las familias.

Además, precisó que las causas por las que se logra “enganchar” a las adolescentes y niñas para su explotación sexual son principalmente la extrema pobreza, la violencia intrafamiliar, el rapto y la emigración del campo a la ciudad.

México está entre los primeros 28 países y el quinto en América Latina en el que las bandas de traficantes de personas “enganchan” a más víctimas, que en su mayoría son destinadas a explotación sexual comercial y el trabajo forzado, aseguró la Oficina de las Naciones Unidas contra las Drogas y el Delito.

Asimismo, un reporte de 2006 del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), especifica que la SEP también reconoce que hay cerca de 500 mil menores de 14 años que dejan sus comunidades para buscar trabajo en los campos agrícolas. Sin embargo, añadió que “otras aproximaciones señalan que hay entre 750 mil y un millón 200 mil niños jornaleros migrantes”.

De acuerdo a números de la Universidad Iberoamericana y la fundación Día de la Nutrición Infantil, señalan que en México 1.5 millones de niños, en su mayoría habitantes de municipios con extrema marginación, “aún padecen graves condiciones de desnutrición”.

Además, el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán, asegura que poco más del 90 por ciento de los niños con desnutrición se concentran en los estados de Chiapas, Guerrero, Oaxaca, Veracruz, Yucatán, Puebla y Estado de México.

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