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domingo, 27 de septiembre de 2009

México no está preparado para la globalización: CEM

Nacional / Lunes 14 de Nov., 2005
La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), aseguró que nuestro país aún no está preparado para la globalización neoliberal y la calificó de un sinónimo de “exclusión y muerte” que afecta a más de 53 millones de pobres. Luego de que el Banco Mundial (BM) alertara a México llevar a cabo las reformas estructurales en materia energética, laboral y hacendaría, a fin de que la economía crezca “con mayor fortaleza y dinamismo”, la iglesia católica —y en lo particular los obispos de la CEM—, urgieron reformar con prontitud dichas áreas, ya que la pobreza se está convirtiendo en un “escándalo” nacional. En un documento realizado por la Comisión Episcopal de Pastoral Social (CEPS), aprobado por la Asamblea de la CEM y titulado Directorio para la Pastoral Social, alerta en su capítulo que en los últimos 20 años México se ha visto obligado a entrar a una nueva etapa marcada por el fenómeno de la globalización neoliberal, que “lamentablemente en el proceso de globalización han sido más, hasta ahora, las consecuencias desfavorables”. “La globalización ha generado para nuestra patria, reconociéndola como un fenómeno ambivalente que trae para algunos avances y realización y para otros, exclusión y muerte”, cita el libro de 144 páginas. Refirió que las políticas de ajuste estructural y los modelos económicos impuestos por los organismos financieros internacionales, como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, entre otros, “han generado el incremento de la pobreza y de la desigualdad”, mismas en la que más del 50 por ciento de la población se encuentra. Según la CEM, y datos oficiales que cita en el texto, el número de pobres creció durante los primeros quince años de aplicadas las reformas en materia económica, pasando de 27 a 53 millones, situación, que, dijo, “puede agudizarse si no encontramos caminos para el desempleo”. Entre 2000 Y 2004 la pobreza integrada el Método de Medición Integrada de la Pobreza (MMIP) en México pasó de 79.167 a 85.016 millones de personas, un aumento de 5.850 millones que equivale a un aumento porcentual de 7.4 por ciento. Durante el mismo periodo, la población total del país aumentó en 6,506 millones de personas, la mayor parte de la cual se tradujo en crecimiento de la pobreza, ya que los no pobres aumentaron en sólo 657 mil personas, según el MMIP. EL EJEMPLO URBANO. La Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH), en el medio urbano (localidades de dos mil 500 o más habitantes), destacó que los pobres aumentaron de 55.077 millones a 61.237 millones, un incremento de 6.16 millones experimentado en una población que creció en sólo 6.11 millones. Es decir, una incidencia marginal de la pobreza superior a 100 por ciento: (100.8 por ciento), lo cual nos indica que la incidencia de la pobreza urbana aumentó. En efecto, pasó de 75.7 por ciento a 77.6 por ciento entre 2000 y 2004. LA IGLESIA CON LOS POBREs. La opción preferencial por los pobres es una cuestión de fidelidad, alude el Directorio para la Pastoral Social. Los pobres son la inmensa mayoría de los mexicanos y, en consecuencia, de quienes forman la Iglesia en México. “Cada día son más y su pobreza se ha acentuado hasta convertirse en exclusión, por eso no podemos ver la realidad de nuestro país sino desde su situación que interpela a nuestra conciencia. Ver la realidad desde los pobres despierta nuestra capacidad de trabajar no sólo para ellos sino sobre todo con ellos, de tal manera que conservando los valores y la riqueza que adquirieron en la pobreza, sean sujetos de su propio desarrollo”, subraya en sus primeras hojas. EL RECHAZO A LO GLOBAL. El aspecto de la economía en la globalización, repercute en millones de pobres, que se ven afectados por la desigualdad social, el desempleo y la carencia de oportunidades en general y la violencia. Asimismo, indica que en ese contexto globalizado, “ha crecido nuestra integración con Norteamérica en muchos aspectos más allá de lo comercial”, hecho que ha ido acompañado de un empobrecimiento en la relación con los países del centro y sur del continente y del Caribe. “La integración latinoamericana, a la que nos invitaban nuestros obispos en el documento de Santo Domingo, sigue siendo una tarea pendiente”, acota el librito azul. En su resumen, dice “La globalización para algunos ha significado vida y creatividad, avance y realización, pero para una gran mayoría egoísmo y frustración, exclusión y muerte”. DECEPCIÓN. “A los pocos meses de ser publicada nuestra Carta Pastoral, en las elecciones de julio de 2000, la alternancia en el poder se hizo realidad al ser elegido por primera vez después de 71 años, un presidente de la República procedente de un partido de oposición”, señala en el punto La Transición democrática en riesgo. Sin embargo, la CEM se sintió decepcionada, ya que en distintos ambientes se hicieron sentir vientos de esperanza al ver materializados los cambios que desde hace tiempo atrás la sociedad anhelaba, pero, “con preocupación constatamos que los cambios que el país requiere tardan en llegar, lo que ha traído consigo un cierto desencanto en la población”.

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